
¿Qué pasa si las vacas no comen sal? Riesgos para la salud y la productividad
¿Qué pasa si las vacas no comen sal? Riesgos para la salud y la productividad
Una carencia silenciosa que puede afectar seriamente tu hato
En muchos sistemas ganaderos, especialmente de pastoreo extensivo, se da por sentado que el pasto lo aporta todo. Pero cuando las vacas no tienen acceso a sal mineralizada, los efectos pueden no ser inmediatos, pero sí progresivos y preocupantes. En este artículo te explicamos por qué el consumo de sal es esencial y qué consecuencias trae su ausencia.
¿Por qué las vacas necesitan sal?
Las vacas, al igual que otros rumiantes, requieren una serie de minerales esenciales para mantener funciones fisiológicas básicas como el equilibrio hídrico, la producción hormonal, el sistema inmunológico, la reproducción y el crecimiento.
La sal mineralizada es la vía más práctica para suplir esos requerimientos, especialmente cuando los forrajes no contienen niveles adecuados de sodio, fósforo, calcio, magnesio, entre otros.
¿Qué ocurre si no consumen sal?
1. Pérdida de apetito y menor ganancia de peso
Las deficiencias minerales afectan la digestibilidad del pasto y la función ruminal. Las vacas comen menos y aprovechan peor el alimento disponible.
2. Problemas reproductivos
La falta de ciertos minerales, como el zinc, el fósforo o el selenio, puede retrasar los celos, afectar la concepción o generar partos problemáticos.
3. Bajos niveles de producción de leche
En vacas lecheras, la ausencia de sodio y otros minerales limita la síntesis de leche, afectando directamente la rentabilidad del sistema.
4. Trastornos metabólicos y de salud
La carencia de magnesio puede causar tetania; la de cobre y selenio, debilidad en terneros recién nacidos. También pueden aparecer enfermedades de origen nutricional.
5. Comportamientos anormales
Vacas que no reciben sal pueden presentar geofagia (comer tierra), lamer objetos o mostrar nerviosismo y agresividad, en búsqueda instintiva de minerales.

¿Cómo prevenirlo?
La solución es sencilla: ofrecer sal mineralizada de forma constante, a libre consumo, adaptada a las condiciones de la zona y al tipo de ganado. En Produgán contamos con formulaciones específicas para cada región y etapa productiva, con respaldo técnico y más de 50 años de experiencia en campo.
En resumen
No dar sal a las vacas es subestimar un componente vital para la salud y la productividad del hato. Las consecuencias pueden ser silenciosas al inicio, pero con el tiempo afectan directamente la eficiencia del sistema ganadero. Una suplementación mineral adecuada no es un lujo, es una necesidad.
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